lunes, 28 de marzo de 2011

Carlos y Nebbia.


Tenía la sensación de estar perdiendo

segundos precisos, tiempo constante

brumas azules que escapan

que sienten estar aquí

Y no tienes que decirme nada más, comenta ella.

Por qué, responde.

Porqué no va a ser, porqué no vas a querer.

Otro día preocúpate

del resto de lo que dices

importa.

Y se aleja.

Oh, se aleja.

Nadie hace caso

y dejo de verla

ya no está.

Ella sabe cómo usar una armónica

y canta una canción

que se inventa

sobre la marcha

Ella tiene el brillo de sus ojos

los padres de rodillas

los abuelos a sus pies

Es una sonrisa que ilumina ciudades enteras

un alumbrado que conecta casas

que llena de palabras

las imágenes

en cuanto las ves

Es algo más que no va a quedarse

ni todo el tiempo

ni siempre así

Ni sabiéndolo podrías detenerlo

Es imposible.

Es alguien que va a crecer

y olvidará cómo aprendió

casi todo

lo que es algo distinto a comer.

Y olvidará casi todo lo que ya sabe hacer.

Ahora, en el futuro.

Pero eso es más tarde.

El poema que acabais de leer es de mi hermano Carlos.
Me ha emocionado mucho, principalmente porque quiero mucho a Carlos, ya Nebbia, y me alegra que ellos se quieran tanto. También os muestro el primer dibujo que un humano hizo de Nebbia, recién nacida, que por cierto, también es de Carlos.
Si quereis conocerlo mejor, visitad su blog:
http://carlos-maiques.blogspot.com/
Aunque cuanto más lo conozcas, más te sorprenderá.
Carlos, gracias por todos estos regalos, gracias por estar, gracias por ser, ¡te quiero mucho!

1 comentario:

tiboo dijo...

Joder...aun estando más lejano, me he emocionado yo también. Supongo que solo Carlos puede escribir algo así, además sus palabras cobran otra fuerza cuando conoces a Nebbia.