
Poco a poco, mi caos se organiza formando un perfecto equilibrio en el que no sobra ni falta nada, todo funciona en una maraña sin fin de conexiones (al parecer absurdas), que trabaja perfectamente sincronizada con mis deseos más profundos.
Igual que en un experimento cuántico de laboratorio, la presencia del observador influye en el resultado.
Una vez más: GRACIAS.
Por cierto, Nebbia ya tiene guardería.
1 comentario:
discrepo, yo soy l apersona más desordenada que conoces ;-)
Publicar un comentario